11.28.2009

hoy me siento en un espacio en blanco
de ese que va entrecomillado 

                                                                    "
de ese que lleva aster*(isco)  
explicando la exsistencia de dicho 'espacio en blanco'

hoy soy un espacio dentro de un espacio
como hoja que se destintegra en la tierra
hoja muerta de vida eterna

espacio en blanco




                                  *

...

11.23.2009

lunes.23.11.2009
Eran como las 6:15am, salí de la fría habitación al patio fresco y suave, las nubes se contorneaban de un anaranjado entre brillante y opaco, radiante y sutil, nunca había visto un amanecer así, subí a la azotea que me gusta más y mire las nubes que se habían reunido en lunes en el oeste, como lo hacen cada cuatrimestre, o cuando anteceden una luna llena que me aterra y me echa a llorar. 
Karla Partida...
En construcción de ser una sombra borrosa sobre el follaje de la selva de concreto, muerdo mis uñas y aprieto los labios secos.

Tengo miedo.

No quiero perderme entre los muertos que caminan uno tras otro presurosos por el metro, prisioneros del sistema y de los medios, sin mirarse las miradas, sin sentir el viento en la cara, simples automáticas máquinas humanas.

Miedo de mimetizarme con el gris del pavimento, de ser un sueño roto e innecesario para un vivo o para el réquiem de un muerto, tengo miedo de ya no ser más un gato esquizofrénico, los gatos aguardan bajo la lluvia y beben de ella satisfechos, tengo miedo, mucho miedo.

De no ser aliento interno y de que mis palabras se pierdan y mis ideas se diluyan con el denso humo blanco del viento, tengo miedo de mirar con ojos secos, de mirar sin mirarlo todo, mirar mirando nada.

Miedo de romperme en mil pedazos, de desgastar los sentidos sin sentido, de despertar por la mañana y no estar, tengo miedo a la realidad, al futuro incierto y los apegos del pasado que marchitan los sesos.

Tengo miedo al miedo, por eso me voy al mar.

Karla Partida

11.19.2009

LAS HORMIGAS

Un escalera al cielo para seguir soñando
Tierra muerta crece en mis pies
Suben las hormigas
De mis piernas a la nariz
Anidan en mi boca
Se reproducen
Gustan de mis senos ocultos a la luz

Campo de aves muertas
Alas heridas por las balas
Balas heridas por las alas
El sol quema los cuerpos
La lluvia trae pandemia
Muerte prematura/Sociedad enferma

Llueven peces y se multiplican
Dios está en la tierra -Revueltas-
También mis ideas…

Un espejo roto donde reflejar mi voz
Gritos ahogados en un cajón
Atraviesan mi piel tus agujas
Me dueles en las escamas
-mirada de pez fuera del agua-

Saliva para curar las heridas
Los gusanos acechan mis ojos
De pupilas dilatadas
De pestañas caídas
Sexo agonizando de mañana tardía
Un sueño trastornado
La calma perturbada
Mis senos tímidos a la luz
Mi cabeza hipocondríaca
Y mis manos vacías.

Karla Partida…

11.12.2009

DIARIO

Día 1
Martes

Mis manías son cada vez mas evidentes, mi ansiedad temprana y mi alma trasnochada se refleja en la ventana tapiada, el rojo de mis ojos ya parece sangre, y mi boca seca rompe mis labios lastimados. Siempre me han gustado los hombres como los sombreros y los gatos, los grandes, los chicos, los altos, somos gatos, gatos de sombrero alto.

Día 2
Sábado

Los lunes me levanto temprano, -no sé- respondí a la voz que siempre me habla. Los otros días mi cama me ata a sus esquinas destendidas y me tapa la boca con almohadas, así no puedo gritar ni pedir ayuda a la vecina que yace muerta desde hace tres semanas. Por eso me levanto a diario tan tarde, con hambre de un gran plato de pasto recién cortado, también me gustan las espinas de las rosas marchitas y las hojas caídas de acanto; ya tengo hambre, después dormiré un largo rato, hasta que me vuelva a dar la puta hambre o hasta que me encuentre entre sueños a un gato negro o a un conejo blanco.

Día 3
Miércoles

Escucho esos ruidos en mi cabeza que me tienen con jaqueca, hoy amanecí con el dinosaurio amarillo dentro de las entrañas, vomito cada 20 minutos las palabras y las lágrimas atoradas, me duelen las escamas y las alas. No me dejes secar, mi falso amor de plástico, no me dejes secar.

Día 4
Domingo

Llevo un par de años coleccionado mis lágrimas, botellas enteras he llenado, cuando la boca se me reseca o cuando quiero pasar un trago amargo, bebo un sorbo de mis tristezas guardadas en frascos. Los tengo obsesivamente ordenados, por fecha y por motivo de angustia, por color, forma y tamaño, cada frasco tiene su etiqueta y su espacio. 


Día 5
Jueves

Hoy si es jueves, los otros días había errado, pero hoy mi calendario no me ha engañado, y si mi reloj no miente son las 4:00 de la mañana, todavía no es hora de dormir apenas los efectos de las pastillas van sosegando. Como decía, hoy si es jueves, otro jueves sin salir de casa, sin vestirme y manteniéndome incomunicada, leo, dibujo, escribo mi diario, como un racimo de flores de plástico y lloro un buen rato. Así es la depresión post-parto psicológico imaginario. Así somos los gatos.

Día 6
Lunes

Los sábados ni siquiera me levanto… ya no se si es lunes, ya no se si es sábado, otra vez he sido engañada por el tiempo (tu aliado), me ha tomado el pelo (siempre enredado), me ha puesto contra la pared y me ha desnudado, así es el tiempo de cabrón, me pone a dormir después de haber copulado y cuando despierto con la entrepierna húmeda y los senos desgastados, todo se ha ido, lejos como mi lucidez y mis ganas, por eso los lunes-sábados-lunes no me esfuerzo en moverme de la cama, no hay ganas.

Día 7
Viernes

Hoy no estoy para escribir nada, hoy no estoy para escuchar los ruidos de mi cabeza y las voces que me atormentan de noche y de mañana, hoy no quiero beber mis lágrimas enfrascadas, ni tragar las dichosas pastillas naranjas, hoy quiero saltar desde la azotea mas alta, quiero liberarme de los demonios que me tienen atrapada en las paredes de mi casa, hoy quiero volar a través del universo, nadar en nubes de acuarela y soñar que no estoy despierta, saltar de la azotea mas alta jamás vista por las máquinas humanas, hoy quiero saltar de la azotea de mi casa.

i am the karlus
Karla Partida…


NOTA a mi y a los demás (dramatización de mi realidad, no soy suicida, pero si estoy mal)

11.11.2009

ÉL ME HACE LLORAR EN FRAGMENTOS

Mi vista cansada se ha apartado de las demás, he cerrado los ojos para soñar, he cerrado los ojos para volar...

Fragmento I
En medio de carne cruda, mi carne dejó de ser material, mis ojos cansados se tornaron hacia dentro y mi aliento en silencio se echó a volar. Me vi desnuda y llorando, mi cruda carne se cocía al sol del medio día, temblaban mis piernas con el otoño del viento, mis lágrimas todo lo humedecían, faltaba todo, faltaba yo.

Fragmento II
A través de grises cielos me puse a volar, lluvia ácida mojaba mi rostro, cruda, carne, cruda, dejé atrás, voz distante me guiaba, él me hace llorar. Entre recuerdos y mejillas empapadas te vine a encontrar, ahí estabas tú, tan tú, años atrás, visité tu casa de cristal, jugabas como antes, te gustaba colorear, peinabas tus cabellos negros y enredados; pareces una muñeca en su casa de cristal.

Fragmento III
Con los puños fríos y apretados rompí tu ventana de ojos esmeralda, te tomé del cabello y besé tus labios, no soy Judas, no soy tú y seguía llorando. Mis hombros te cargaban, me dolías en la espalda, en el vientre y en el alma. Seguimos volando con la cara mía mojada, lluvia ácida, saladas lágrimas.

Fragmento IV
Floté contigo en hombros sobre sueños olvidados, remembranzas del pasado, recuerdos nuestros, recuerdos míos, recuerdos de infinita soledad. En medio del silencio su voz me llevaba lejos a dónde te fui a olvidar. Desierta arena, orilla del mar.

Y en el silencio del tiempo su voz ya no era voz…

Karla Partida...

11.10.2009

MI PISCOANÁLISIS FREUDIANO

...y escucho a la distancia mi voz reflejada en el espejo, el eco de mi voz se refracta y se dimensiona en el espacio auditivo infrasónico de la luz... ¡shhh!

A la mañana siguiente, amanezco desnuda en medio del patio, me ha pasado un par de veces, el sudor que hierve en mi cuerpo corre por mis piernas temblando, tengo que correr al baño...

-no hay baño en este sueño- 

me repito balbuceando.

Prosigo mi camino, sigo con los ojos cerrados, desmoronándome en brazos ajenos, me dan miedo las ratas, me acomodo en el diván para seguir soñando, para seguir hablando de mis traumas y temores lejanos.

La realidad en la que vivo es ficticia para los ojos del velador nocturno, mi azar paralelamente sincronizado con la realidad virtual se ha quedado en el sueño, un estado de consciencia pura donde el “superyo” se desprende de los apegos de mis niveles de consciencia acostumbrados, ¿qué tal mi psicoanálisis freudiano?

-Ya no me haga llorar ¿para eso le pago?- todos son iguales, doctores, abogados, políticos, delincuentes. Hombres a fin de cuentas, simios inmorales.

Mi madre, cada día me parezco mas a ella, ya estoy creciendo; las rayitas que en la pared marcaban mi estatura ya se han borrado con los años y con los cuadros clavados, el lápiz por eso en papel se guarda, palabras a lápiz en papel se guardan y aguardan. Siempre dibujando bajo mi ventana, rayaba las paredes gustosa y radiante, mi mamá nunca me regañó, le gustaba verme dibujar, le siguen gustando mis marihuanadas y mis chaquetas mentales, a la niña le gustaba dibujar, ahora también pinta (me caga pintar) y disque le hace al arte. Mi infancia, ruidoso recuerdo en el aire ¡ahhh!

He estudiado doctor, y deduje que me quedé estancada en mi etapa oral, es por eso que hoy justifico mi compulsión al comer, mi alcoholismo, mis asquerosos vicios, mi afición al sexo oral y la linda perforación que traigo acá, vea...
 

¡Shhh! Silencio que despierto del sueño. 


i am the karlus...
Karla Partida  
CAMINO A CASA

No hay mejor escenario de infinitas posibilidades que el trasporte público camino a casa. 

Noche fría y concurrida en la parada, haciendo fila para abordar. Los dedos de mis pies juegan entre sí por heladas razones que enfrían mis ideas, mis pies ya lo están. 


Entre el constante transcurrir de los minutos y el sueño de mi pierna dormida, me toca abordar, saludo -buenas noches- como me enseñó mi mamá; el silencio se hace presente en la falta de educación del señor que se me adelantó al pasar, y además se sentó en mi lugar predilecto, junto a la ventana, donde no hay que abrir la puerta ni pasajes que pasar. 


Siempre me oculto entre un hombro desconocido y una ventana empañada, siempre me he sentado ahí, con la vista perdida en el cotidiano trayecto, sin mirar a los demás, sólo saludando al abordar como bien me educó mi mamá; es curioso como las madres se hacen presentes en los detalles más mínimos y absurdos de la vida, hoy no me despedí de mamá.


La nueva elección de asiento me pone a titubear, la señora atrás de mí empieza a empujar, el -súbale, súbale, trae lugares- no me deja pensar, mi pierna dormida no quiere despertar, la decisión me empieza a impacientar, sin pensarlo más decido sentarme atrás, justo en el centro del incómodo asiento, me intento acomodar, respiro hondo y es ahí cuando empiezo a mirar.


Una pareja de ancianos batalla para subir el pronunciado escalón, un niño enfermo en brazos de su hermano mayor, una mujer cansada que grita en silencio su dolor, un señor maduro al que se le rompió el pantalón, la combi modelo 97 pintada de blanco con no muy sobrios detalles en verde se empieza a llenar, encuentros y desencuentros le ha tocado transportar.


Observo con cautela, a cada uno de los que me rodean, sus gestos, sus señas, escucho conversaciones ajenas, me fijo en sus vestimentas, el color de sus ojos, la ortodoncia descuidada del de mi derecha, la falta de brillo en los ojos de la señora que me empujaba, las manos arrugadas que aprietan con fuerza una bolsa negra, los zapatos desgastados de quien me quitó mi lugar, la nuca tatuada del conductor que ya se pasó dos altos y que ha tocado el claxon sin parar, los labios partidos por el frío, los rostros agotados, los rostros asustados, creo que empiezo a incomodar, evitan mi mirada, me ven mal, tengo un poco de náuseas y ganas de orinar.


Es por eso que siempre me he sentado junto a la ventana donde el contacto con la gente es mínimo, no por lo de las náuseas o lo demás, simplemente por la falta de tacto de mis ojos al mirar. Paso mis tres pesos con suma amabilidad -le puede pasar por favor, bajo en la siguiente esquina, gracias- mi forzada sonrisa no tiene efecto alguno en la anciana que me hizo el favor de pasar mis seis monedas de cincuenta centavos, la combi se detiene en la calle de mi casa, jalo la manija para abrir la puerta, siento las miradas en la espalda, incluso escucho cuchichear, ellos ahora me mirar, seguro me ven mal.


El viento frío me pega en la cara con un sentimiento de soledad, me inunda un vacío, me acuerdo de mamá. Camino a casa, aún con ganas de vomitar, me doy prisa para llegar. La calle oscura me acompaña hasta la puerta blanca de mi casa, el candado no esta en su lugar, me dirijo al baño, tengo que orinar, busco el apagador para encender el foco, no hay luz en la habitación, las ganas se van. 


Atravieso el patio de mi casa que se ha llenado de hojas secas, me gusta el crujir de las hojas de otoño cuando las pisas sin darte cuenta.


La puerta abierta me inspira un inmenso recuerdo de soledad, tendida en la cama encuentro a mamá, infinita tristeza en silencio anuda mi garganta, su piel tan fría, mis lágrimas la empapan.


Camino a casa me acordé de mi madre que me enseñó a ser amable y a saludar, camino a casa me fui sentada donde se mira todo y no estuvo mal, camino a casa dejé miradas incómodas y tres pesos más, camino a casa dejé mi lugar al lado de la ventana y recordé que olvidé despedirme de mamá.

 
Aprieto su mano helada, beso su frente arrugada, me acuesto a su lado, me abrazo a su cuerpo; se percibe una peculiar pesadez en el aire frío de la oscura noche sin luna ni estrellas, la ventana está abierta, la cama mojada por mis lágrimas, cierro los ojos con ella, está noche camino a casa, mamá murió y no le dije adiós.
 

Karla Partida...