11.10.2009

MI PISCOANÁLISIS FREUDIANO

...y escucho a la distancia mi voz reflejada en el espejo, el eco de mi voz se refracta y se dimensiona en el espacio auditivo infrasónico de la luz... ¡shhh!

A la mañana siguiente, amanezco desnuda en medio del patio, me ha pasado un par de veces, el sudor que hierve en mi cuerpo corre por mis piernas temblando, tengo que correr al baño...

-no hay baño en este sueño- 

me repito balbuceando.

Prosigo mi camino, sigo con los ojos cerrados, desmoronándome en brazos ajenos, me dan miedo las ratas, me acomodo en el diván para seguir soñando, para seguir hablando de mis traumas y temores lejanos.

La realidad en la que vivo es ficticia para los ojos del velador nocturno, mi azar paralelamente sincronizado con la realidad virtual se ha quedado en el sueño, un estado de consciencia pura donde el “superyo” se desprende de los apegos de mis niveles de consciencia acostumbrados, ¿qué tal mi psicoanálisis freudiano?

-Ya no me haga llorar ¿para eso le pago?- todos son iguales, doctores, abogados, políticos, delincuentes. Hombres a fin de cuentas, simios inmorales.

Mi madre, cada día me parezco mas a ella, ya estoy creciendo; las rayitas que en la pared marcaban mi estatura ya se han borrado con los años y con los cuadros clavados, el lápiz por eso en papel se guarda, palabras a lápiz en papel se guardan y aguardan. Siempre dibujando bajo mi ventana, rayaba las paredes gustosa y radiante, mi mamá nunca me regañó, le gustaba verme dibujar, le siguen gustando mis marihuanadas y mis chaquetas mentales, a la niña le gustaba dibujar, ahora también pinta (me caga pintar) y disque le hace al arte. Mi infancia, ruidoso recuerdo en el aire ¡ahhh!

He estudiado doctor, y deduje que me quedé estancada en mi etapa oral, es por eso que hoy justifico mi compulsión al comer, mi alcoholismo, mis asquerosos vicios, mi afición al sexo oral y la linda perforación que traigo acá, vea...
 

¡Shhh! Silencio que despierto del sueño. 


i am the karlus...
Karla Partida  

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