12.01.2009

martes.01.12.2009 
Desperté otra vez con esas inmensas ganas de orinar, de esas que se atoran en la garganta e inundan los ojos. El ocio se ha vuelto mi sombra acosadora, perseguidora, me atrapa y me incita a desplomarme en el frío suelo de mi casa (siempre me ha gustado sentarme o acostarme así, con la frente en la tierra) puesta y dispuesta, ociosamente ansiosa e inquieta, tan puesta que no resultó, la despedida no nos salió, fue raro, el lívido se había desbordado, -la luna llena me trastorna- le dije y rió… así fue como ésta mañana quedé húmeda y sola en mi cama, despiertos los sentidos y con el ya acostumbrado asfixiante dolor de cabeza (con sus respectivos males y recuerdos que me ponen en un estado como "feliz"), así fue, yo lo vi.
Karla P.

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